El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira...en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.
-Santiago 1.23-24 (NVI)
¿Puede imaginarse que está mirando al espejo para peinarse, y después olvidar hacerlo? Antes de reirse, considere esto: ¿Alguna vez se ha parado en medio de una habitación tratando de recordar por qué fue allí? O ¿se ha hallado sosteniendo un objeto, preguntándose por qué lo tomó? Todos/as nos desenfocamos en algún momento. Es incómodo cuando sucede en la vida diaria. Pero en el plano espiritual, puede ser serio. A través de Santiago, Dios nos aconseja serenarnos, vivir rectamente y concentrarnos en el mensaje de vida en Cristo. Si dejamos que la Palabra de Dios entre por un oído y salga por el otro, somos como alguien que se detiene frente al refrigerador abierto, olvidando para qué lo abrió. El mensaje de Dios es tan poderoso que nos brindará vida eterna. Debemos prestar atención, mantenernos enfocados e incorporar ese mensaje a nuestras vidas diarias. Se nos ha aconsejado que actuemos de forma que nuestras obras reflejen el cambio que Dios ha obrado en nosotros/as. Tenemos instrucciones de compartir ese mensaje con quienes nos rodean en palabras y en obras.
Oración:
Padre, hemos escuchado tu mensaje. Ayúdanos a ponerlo en práctica. Por Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
¿Cómo estoy viviendo la verdad de Dios en mi vida diaria?
OREMOS:
Para mantener nuestra atención en Dios.
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